Pollo a la cerveza (pollo violado)

Desde que me quedé sin horno estaba deseando probar esta receta, incluso intenté convencer a mi madre para hacerlo en su casa, pero entre una cosa y otra… al final lo hice en mi horno nuevo.

Este año intento no enredarme mucho con mis historias antes de poneros las recetas, asi que os dejo con los ingredientes:
1 pollo
1 botellín de cerveza
1 pastilla de caldo de carne
2 dientes de ajo
1 ralladura de limón
Especias: sal, perejil, orégano, pimienta, tomillo…
Aceite de oliva

Elaboración:

Majamos el ajo y lo mezclamos con el aceite, la sal, la ralladura de limón, el caldo de carne y las especias. Le añadimos un poco de la cerveza.

Untamos con la mezcla el pollo tanto por dentro como por fuera.

Meter la cerveza por el culo del pollo. Sentarlo en la bandeja del horno.

Cerramos el pollo por arriba con la ayuda de la piel.

Yo le he puesto unas patatas como acompañamiento.
Llevar al horno a 180°C durante una hora y media.
Al calentarse, la cerveza comienza a salir, haciendo que el pollo se quede jugoso.

Aquí os lo dejo para que podais hin arle el diente.

Tajine tunecino

No se si lo recordáis, pero la primera receta del blog fue Batbut, un tipo de pan marroquí. Me parecía muy interesante retomar las recetas con otra de cocina árabe, así que aquí os dejo esta nueva receta.

No se si sabéis que el tajine es un tipo de recipiente de barro

(actualmente ya se fabrican metálicos e incluso antiadherentes)

típico en los países árabes. Es muy fácil de reconocer porque su tapadera tiene una forma cónica, que hace que contribuya a su especial forma de cocción. Se usa para carnes, pescados verduras… Por lo tanto las recetas árabes que se llaman tajine reciben ese nombre por el recipiente donde se cocinan y no por los ingredientes o forma de cocción.

La única diferencia del tajine tunecino con respecto al que os acabo de explicar, es que la receta que hoy os muestro no se cocina en ese recipiente, sino que en Túnez es la forma de llamar a una especie de tortilla con carne y verduras.

Creo que no es una novedad, porque ya me vais conociendo, que no hago una receta tal y como es, aunque se me vaya la vida en ello. De esta forma también podéis entender que todos los platos se pueden adaptar a nuestros gustos y necesidades.

Solo me queda deciros que descubrí la receta del tajine tunecino gracias a uno de los grupos de cocina de Facebook a los que pertenezco. Se llama COCINA ÁRABE. APRENDER. COMPARTIR. Es de uno de los retos que se hizo hace tiempo y que no pude compartir debido a que usé chorizo y bacon en su elaboración, y por ser productos no aceptados en la cocina árabe (los musulmanes, entre otras cosas, no pueden comer cerdo) no quise compartirla en el grupo para evitar posibles molestias. Pero como este es mi blog y cocino como quiero, siendo yo la que pone los límites en mis ingredientes, pues aprovecho para compartirlo. ¡¡¡Espero que lo disfrutéis!!!

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Ingredientes:

2 patatas medianas

1 filete de pechuga de pollo

4 lonchas de bacon

4 rodajas de chorizo

Queso rallado

2 Huevos

Sal y pimienta

 

Elaboración:

Pelamos y picamos las patatas como para tortilla. Las freímos en abundante aceite no muy caliente para que queden blandas y no crujientes.

Mientras que se fríen las patatas, troceamos el bacon y lo ponemos en una sartén con una cucharadita de aceite de oliva. No se debe poner mucho aceite porque el bacon y el chorizo sueltan grasa. Lo salteamos mientras troceamos el pollo muy pequeño y lo salpimentamos.

Agregamos el pollo y salteamos. Mientras troceamos el chorizo.

Agregamos el chorizo y lo salteamos hasta que suelte la grasa.

En un bol batimos los huevos y agregamos las patatas y el salteado de bacon, pollo y chorizo.

Agregamos el queso rallado y mezclamos bien.

Lo introducimos en un molde que se pueda desmoldar bien y lo metemos en el horno a 150ºC  hasta que cuaje. Yo, cuando hice la receta, estaba sin horno, así que lo preparé en el microondas (nuevamente improviso y adapto las recetas según mis posibilidades).

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Pues ya veis el resultado. Ahora solamente queda echar mano de un tenedor y… ¡¡¡A hincarle el diente!!!

 

Por si os interesa el dato, la receta original llevaba pollo y, en lugar del bacon, chorizo y queso, tenía pimientos y cebolla, si no recuerdo mal… Pero yo no tenía nada de eso, así que: Tajine tunecino «a mi manera».

 

Pollo a las hierbas sobre tostas de pan con huevo

Este es uno de esos nombres de recetas que no me gustan nada, porque hace parecer a la preparación muy sofisticada, pero no lo es en absoluto. A mi no me gusta darle nombres rimbombantes a las recetas para que parezcan algo que no son, pero no sabría otra forma de nombrarla. Espero que le deis una oportunidad antes de pensar que debe ser un plato extremadamente complicado, porque no lo es…

Esta receta se elabora en dos partes muy diferentes: por un lado prepararemos el pollo, y por el otro las tostas, y las juntaremos a la hora de presentarlas.

Yo suelo preparar sólo las totas para desayunar cuando tengo mucho pan del día anterior. Ya sabeis… ¡¡¡No se tira nada!!!

Empezaremos por la carne y le seguiremos con el pan.

Ingredientes para el pollo:

1 pechuga de pollo

Tomillo

Romero

Sal y pimienta

Aceite de oliva

Ingredientes para las tostas:

Pan del día anterior (he usado 1 baguette)

1 huevo

Sal

Elaboración del pollo.

Troceamos la pechuga en tiras. La ponemos en una sartén con aceite de oliva caliente. Le agregamos la sal, la pimienta, el tomillo y el romero.

Salteamos.

Si queréis podeis ponerle un chorrito de vino blanco y dejais reducir, porque no interesa que tenga salsa.

Apartamos para hacer el montaje del plato.

Elaboración de las tostas:

Cortamos el pan en rebanadas. No tiene porqué ser pan duro, puede ser del mismo día, pero al usar pan del día anterior, quedará más firme, y no se nos doblará al cogerlo con la mano.

Batimos un huevo al que habremos puesto una pizca de sal.

Mojamos las rebanadas de pan en el huevo por ambos lados.

Los ponemos en una sartén con unas gotas de aceite y dejamos que se hagan. Primero por un lado…

Y luego por el otro.

Apartamos para hacer el montaje del plato.

Para montar el plato ponemos una tosta de pan y encima colocamos un trozo del pollo. y… ¡¡¡Hincarle el diente!!!

Yo nunca le pongo ninguna salsa porque no me gustan las tipo mayonesa, tomate frito, ketchup y demás, pero si os gusta, podríais ponerle un poco por encima.

Otra cosa a tener en cuenta es que podeis poner sobre la tosta todo lo que deseis, porque da mucho juego: queso fresco, tomate, pescado, paté… o, incluso, hacerlo como yo: comerlas solitas como parte de un desayuno completo.

¡¡¡ A disfrutarlas!!!

Lagrimitas de pollo

Como os decía en el post del pollo picante, sólo mi hijo mayor suele comerlo, así que tenía que preparar algo para mi otro hijo y para mi, que no fuera demasiado dispar. Y… ¿Qué mejor que unas lagrimitas de pollo?

La verdad es que cuando pienso en las lagrimitas de pollo me acuerdo de «Pollos Mary» y los veranos de mi infancia en Isla Cristina (Huelva), aunque admito que mi receta dista mucho de la que ellos hacían, sigo manteniéndole el nombre más por mi pequeño homenaje hacia ellos que por elaborar su receta tan famosa. La primera diferencia es que las originales lagrimitas se hacían con vinagre rebajado, pero a los niños suele resultarles muy fuerte, así que mi madre empezó a hacerlas con limón, y yo le robé la idea. La segunda gran diferencia son las especias… Yo soy una amante de ellas y le echo casi todo lo que tengo a mano, mientras que ellos les ponían poco más que orégano (si no recuerdo mal después de casi 25 años sin comerlas allí).

¡¡¡Ya me estoy enrrollando!!! Si es que no tengo solución… Bueno, vámos con los ingredientes:

2 pechugas de pollo

8 cucharadas de limón líquido (si vamos a poner limón natural, deben ser 5 cucharadas, porque el sabor es más fuerte).

Sal

Especias. En mi caso: especias de pollo, orégano, eneldo, jengibre, pimienta blanca molida, ajo, cebolla y especias para aceitunas (mi madre prepara las lagrimitas sólo con esta última, y están buenísimas).

Elaboración:

Lavamos y secamos el pollo y lo troceamos e introducimos en un bol.

Agregamos las especias y la sal.

Añadimos el limón líquido y una par de cucharadas de agua.

Mezclamos bien e introducimos en la nevera para que macere durante un mínimo de 2 horas, aunque si lo dejamos más tiempo el sabor será más intenso y mejor.

Después de la maceración vemos cómo la carne ha perdido parte de su color, poniéndose más blanquecina, eso se debe al ácido del limón.

Enharinamos mientras se calienta el aceite.

Y lo freímos en abundante aceite caliente.

¡Ya sabeis! Sólo nos queda… ¡¡¡Hincarles el diente!!! ¿Os animais?

Pollo a la carbonara

Mi hijo se preguntaba cómo puedo considerar ésta una de esas recetas que hay gente que no conoce, entonces le recordé cómo se sorprendieron mis amigas (entre ellas la que era su suegra) cuando les hablé de esta comida. La mayor parte de la gente que conoce «la carbonara» piensa en esa receta como una salsa de acompañamiento para la pasta: macarrones, espaguetis… Pero muy pocas personas la han probado con la carne, por eso me he animado a subirla con el pollo, para que veais lo buena que está, e incluso la he probado con arroz… Un día de estos la pondré para que podais probarlo.

Como casi todos mis platos, su elaboración no es nada complicada y los ingredientes son fáciles de conseguir. Aquí os dejo la lista:

2 pechugas de pollo.

1/2 tarrina de bacon en tiras.

200 mililitros de nata para cocinar.

Aceite de oliva.

Sal.

Pimienta blanca molida.

Elaboración:

Este plato se elabora con las pechugas de pollo fileteadas, porque así la presentación es más lograda, pero yo, cuando cocino para los míos, suelo prepararlas directamente troceadas porque me resulta más cómodo a la hora de servir.

Ponemos a calentar un chorro de aceite en una sartén (si están fileteados) o en una olla (si el pollo está a trozos).

Tanto si queremos el pollo en filetes (podemos pedir a la carnicera del super que nos los filetee) como si los queremos en trozos, los salpimentamos y los introducimos en la sartén (o en la olla) a fuego fuerte para que tomen un poco de color.

Agregamos el bacon y salteamos hasta que el pollo y el bacon estén bien cocinados.

Añadimos la nata y dejamos reducir un poco. Aprovechamos para rectificar de sal.

Y ya sólo nos queda… ¡¡¡Hincarle el diente!!!

Se puede acompañar con patatas fritas, arroz blanco… Yo suelo freir algunas patatas e introducirlas en la olla y mezclarlo todo bien justo antes de servir…